Áreas recreativas y de interés medioambiental

1.30 Horas Pedraza

Hay un pequeño parque  al lado del parking del castillo. Hay columpios para el disfrute de los niños. En los alrededores del parking hay una explanada que lleva hasta el castillo y es zona para pasear y relajarse o contemplar la naturaleza que rodea al castillo y a Pedraza.

Paraje natural de enebros y sabinas. 

El entorno físico de la Villa de Pedraza presenta las características propias de la antesierra segoviana. Un territorio accidentado surcado de profundos valles labrados en los terrenos calizos que bordean la sierra de Guadarrama.

El arroyo del Vadillo y el río Cega. 

Atraviesa el término de Pedraza de sur a norte, formando un valle escarpado y roquizo que rodea la elevada muela sobre la que se asienta la Villa, hasta desembocar en el Cega, ya en el barrio de La Velilla. El barrio de La Velilla se asienta en la confluencia del arroyo del Vadillo y del río Cega, a los pies del Castillo de Pedraza, en una depresión dominada por altiplanicies, oteros y páramos calizos cubiertos de enebros, chaparros y encinas. A su paso por la población, el Cega discurre por un atormentado lecho de rocas que forman apretados riscos. En sus orillas podemos encontrar los restos de antiguas poblaciones e industrias, así como espléndidos paisajes de ribera, con frondosas choperas y prados cercados en piedra berroqueña.

Las dehesas.

Son espacios acotados desde los tiempos más remotos de la repoblación para protegerlos del libre pastoreo de las grandes cabañas trashumantes, que se han convertido en la actualidad en auténticos nichos ecológicos en los que son compatibles tanto la conservación de hábitats como los aprovechamientos forestales y ganaderos. La Dehesa Vieja, al sur de este territorio, es una espléndida pradera salpicada de peñascos graníticos de formas caprichosas y sabinas centenarias surcadas por cientos de pequeños arroyos. Antaño, los aprovechamientos de esta Dehesa estuvieron reservados en exclusiva a los habitantes de la Villa, estando vedados incluso a los habitantes de los arrabales de Rades, La Velilla y Las Casillas. Por su parte, la Dehesilla de Casasola se localiza en torno al despoblado de “El Guijo”, el cual aparece rodeado por una masa forestal en la que predomina el roble rebollo.

Monte común de Rades y Cañicosa.

Al sur del pueblo se extiende una gran masa forestal que se adentra en el término limítrofe de Cañicosa y está regada por el arroyo del Vadillo, el cual desciende por un valle estrecho flanqueado por grandes peñascos gnéisicos. Se trata del “Monte Común de Rades y Cañicosa”, poblado de monumentales encinas y carrascas, intercaladas de fresnos y robles que bordean las lindes de los prados. El carácter “común” de este monte se remonta a los tiempos del Señorío de los Condestables, ya que se trata de una “manda” del Duque de Frías a favor de los pueblos

Naturaleza

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