Rectángulo que ocupa la parte central del cerro, bajo la imponente mole de la iglesia de Santa María. Dispone de dos accesos por el oeste y dos por el este, que cruzan bajo sendos arcos que se adosan a la gran espadaña, construida según traza de Manuel Díaz Gamones en el último tercio del s. XVIII y testigo centenario de innumerables juegos de pelota mano.