Las Fuentes monumentales del Palacio de La Granja lucen por San Fernando

Las Fuentes monumentales del Palacio de La Granja lucen por San Fernando

Las Fuentes monumentales del Palacio Real de La Granja volvieron a mostrarse este lunes en todo su esplendor, en la festividad de San Fernando, patrón de Patrimonio Nacional. Junto a los días de Santiago (25 de julio) y San Luis (25 de agosto), el 30 de mayo es fiesta en los Jardines de La Granja, cuando el sistema hidráulico del siglo XVIII pone en marcha las fuentes, para disfrute y jolgorio de las miles de personas que todos los años se acercan a ver los espectaculares juegos de agua.

Ayer fueron cerca de 2.500 los espectadores que tuvieron la oportunidad y el lujo de ver el funcionamiento de este antiguo sistema de agua, que permite que algunos chorros alcancen una altura de hasta 40 metros, como es el caso de la fuente de La Fama. Y al mismo tiempo, sobre todo los más pequeños, la gozan, mojándose con los chorros de agua que llegan a varios metros de distancia, aliviando un poco los calores de estos días.

A las cinco y media en punto de la tarde empezaba el espectáculo con la fuente de La Selva, siguiendo por la Carrera de Caballos, Canastillo, Ocho Calles, Ranas, Baños de Diana y La Fama, generando la expectación y los aplausos de los visitantes, para algunos la primera vez que contemplan algo único en el mundo.

Los juegos de agua de las Fuentes y las esculturas que la animan, son los grandes protagonistas de los Jardines de La Granja. La abundancia del agua fue uno de los mayores atractivos del lugar para Felipe V, pues le permitía llenar el jardín de fuentes espectaculares, cada vez más apreciadas desde el Renacimiento italiano hasta Luis XIV.

En La Granja, un agua purísima procedente de la montaña, cristalina, muy abundante, era como un diamante en bruto que esperaba a los técnicos franceses que la tallaron a gusto del Rey. La construcción del estanque general (El Mar) y de otros seis más pequeños, y el tendido de varios kilómetros de cañerías formadas de tubos de hierro son los capítulos mayores del sistema hidráulico, intacto aún hoy, que por la simple presión y sin ayuda de bombas eleva los surtidores hasta alturas mayores de cuarenta metros.

Las esculturas constituyen el conjunto decorativo francés de este género más amplio y mejor conservado de los realizados en los años finales de Luis XIV y durante la Regencia, dado el desmantelamiento de Marly. Realizadas en un plazo relativamente breve, y por tanto muy homogéneas, se deben sobre todo a dos artistas: René Frémin y Jean Thierry, que, llamado en 1721, dirigieron un nutrido equipo de ayudantes con nueve oficiales, seis marmolistas, dos modeladores y un cincelador, entre otros. El proceso creativo de las esculturas suponía muchas intervenciones, desde la “invención” del modelo hasta su materialización definitiva, pero existen datos suficientes para atribuirlas; sus respectivos autores están designados con la inicial de su apellido.

Ayer volvieron a exhibir su espectáculo, que nunca defrauda a nadie. Hasta el 25 de julio, festividad de Santiago, ya no volverán a funcionar todas las fuentes al mismo tiempo.

 

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Fuente: El Adelantado