Un recorrido por el Aula Arqueológica de Aguilafuente

Un recorrido por el Aula Arqueológica de Aguilafuente

Este museo, abierto desde hace 21 años, muestra las características del yacimiento romano y la necrópolis visigoda de Santa Lucía.

A algo más de media hora en coche, desde la capital segoviana, Aguilafuente (556 habitantes a 1 de enero de este año), es una villa situada en el centro de la provincia con una población orgullosa de su historia y su patrimonio cultural, con especial atención al arqueológico que da fe del pasado romano y visigodo en la zona.

A unos dos kilómetros de su casco urbano, en dirección a Sauquillo de Cabezas y Turégano, se encuentra la villa romana y necrópolis visigoda de Santa Lucía. El descubrimiento de los primeros mosaicos de la primera tuvo lugar en marzo de 1868. Cien años después, en 1968, este yacimiento vuelve a salir a la luz gracias a un programa de televisión, ‘Misión Rescate’, que hace posible las primeras excavaciones arqueológicas a cargo de profesores de la Universidad Autónoma de Madrid, Rosario Lucas y Vicente Viñas.

 

Con los trabajos arqueológicos realizados entre 1968 y 1972 aflora la parte urbana de una villa romana del siglo IV después de Cristo, así como una necrópolis visigoda de finales del siglo VI y principios del VII, y los restos de un edificio religioso medieval que se correspondía con la ermita de Santa Lucía.

Como explica de forma amena un díptico dirigido a escolares y editado por el Aula Arqueológica de Aguilafuente, que gestiona su Ayuntamiento, una villa romana era una vivienda situada en el campo que se utilizaba para la gestión de una explotación agraria y también como casa de descanso. La villa tenía dos partes, la urbana y la rústica. En la primera vivían los propietarios, generalmente ricos terratenientes o miembros de la aristocracia del Imperio Romano, por lo que estaba dotada de todo tipo de comodidades y hasta lujos, como termas (baños), un sistema de calefacción denominado hipocaustum (consistente en suelo hueco y tuberías de cerámica por donde conducían aire caliente procedente de un horno, calentando el suelo y las paredes de las habitaciones) y un sistema de canalización para el agua corriente.

La parte rústica, destinada a los trabajadores, al ganado y a almacén de productos agrícolas, incluía viviendas, corrales, establos, talleres, graneros, almacenes, etc., además, obviamente, de campos de cultivo, sobre todo cereal, y huertos.

Los romanos decoraban sus casas con mosaicos y pinturas murales, formando figuras geométricas o escenas con personas, plantas y animales.

 

Los mosaicos decoraban suelos y estaban formados por pequeñas piezas de piedra de diversos colares, que reciben el nombre de teselas, y se colocaban sobre una capa de mortero (una especie de cemento resultado de la mezcla de elementos como ceniza, cal y agua) formando artísticos dibujos.

Para las pinturas de las paredes utilizaban también materiales naturales: arcillas para los rojos y naranjas, carbón para el negro, hojas vegetales y tallos para los verdes, tiza y cuarzo para el blanco,etc.

 

Necrópolis

Una necrópolis es un cementerio y la de Santa Lucía, en Aguilafuente, es visigoda, por los pueblos que llegaron a España hace 1.500 años procedentes del centro de Europa.

Los visigodos crearon una necrópolis sobre la villa romana y en la parte excavada se han encontrado dos centenares de enterramientos, la mitad de ellos con ajuar (pertenencias como anillos, brazaletes, collares, pendientes, cinturones, fíbulas —un tipo de broche utilizado para sujetar el manto con el que se vestían—, cerámica y armas, sobre todo).

Los poblados visigodos no se conservan porque estaban construidos, sobre todo, de barro y madera. De esta manera, las necrópolis, y sobre todo el ajuar, son una importante fuente de información sobre su nivel de riqueza, sus actividades económicas y sociales en una zona, etc.

 

Aula Arqueológica

Hace 21 años el Ayuntamiento de Aguilafuente consiguió sacar adelante un Aula Arqueológica, un proyecto museográfico y de dinamización cultural del municipio, así como de atracción turística, vinculado a este importante yacimiento.

Quien fuera su primer responsable técnico, el historiador y arqueólogo Jorge Esteban Molina, que estuvo al frente de la gestión de este centro en sus primeros años, de 2001 a 2005, aseguraba con motivo de la conmemoración del vigésimo aniversario que con el paso del tiempo el Aula se ha convertido “en el máximo exponente de la difusión y divulgación de la arqueología romana en Segovia”.

En un primer momento, a pesar de la buena acogida de la iniciativa a principios de este siglo XXI, Esteban indica que la villa romana de Santa Lucía, “que había constituido el leitmotiv para la creación del Aula, resultaba inviable como recurso complementario, al encontrase sin señalizar, sin accesos y en un estado de conservación lamentable” a pesar de una intervención en 1993.

En la actualidad, sin embargo, la vuelta de las excavaciones arqueológicas a partir de 2018, está permitiendo “que el viejo sueño que un día tuvimos algunos se viera cumplido: la existencia de un trasvase de conocimiento y de resultados de investigación entre el yacimiento y el Aula Arqueológica, generando así una actualización constante de su contenido expositivo”.

 

El principal objetivo de este espacio cultural es que el visitante pueda conocer la historia y las características más interesantes de la villa romana del municipio, junto con las costumbres de sus habitantes.

Ubicada en la iglesia de San Juan Bautista, Bien de Interés Cultural desde 1994, el Aula Arqueológica de Aguilafuente está estructurada en once secciones que van introduciendo al visitante en el mundo romano bajo imperial y el posterior periodo visigodo, todo ello complementado con la utilización de medios audiovisuales, ordenadores, proyecciones y réplicas de objetos encontrados durante las campañas de excavación.

 

Además se pueden contemplar los mosaicos originales que se extrajeron de la villa durante las primeras excavaciones en los años sesenta y setenta. No en vano, desde Prodestur, el organismo de promoción turística de la Diputación de Segovia, afirman que es el hogar de la mayor colección de mosaicos romanos de la provincia, como centro de interpretación del yacimiento de Santa Lucía.

El recorrido por el Aula comienza desde el imaginario túnel del tiempo que retrotrae desde el siglo XXI al siglo IV. Tras ese viaje temporal, el visitante entra de lleno en las villae rusticae, las villas rústicas romanas, la decoración de sus edificios principales, características de ubicación más usuales, técnicas de construcción romanas aplicadas a los edificios enclavados en el campo, etc.

En el coro restaurado de la iglesia de San Juan se expone una maqueta de la villa romana y en una sala dedicada a los señores se presenta la vida cotidiana de los propietarios latifundistas. La parte final de la parte dedicada al mundo romano se completa con una proyección multimedia a modo de resumen. A continuación, el visitante pasa a una reproducción a escala de un atrio y peristilo romano donde puede, si lo desea, enfundarse una túnica y una toga.

La visita finaliza con una última sección, reproducción de la necrópolis visigoda, donde se pueden apreciar diferentes ritos de enterramiento y los objetos de adorno personal de los difuntos.

Este Aula Arqueológica, destaca, además, por su programa didáctico dirigido tanto a escolares como a adultos, que incluye material online. Coincidiendo con determinados eventos, como la Noche del Arte, que este año ha llegado a su segunda edición, realiza talleres y cuentacuentos mitológicos enfocados a familias y conferencias sobre arqueología.

 

Es recomendable reservar previamente, por ejemplo a través del correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., especialmente grupos.

 

Fuente: El Adelantado de Segovia