Del 8 al 12 de abril
La Semana de Música Sacra cumple en esta edición 35 años de vida. En esta ocasión hemos organizado cinco interesantes conciertos, en representación de las músicas sacras de diferentes momentos y lugares del mundo.
Desde la India, con la combinación de músicas orientales y contemporáneas a cargo del músico Ido Segal, acompañado por la bailarina Lalita Devi con su programa “Ejad”, al mundo espiritual del sufismo, que estará presente gracias a la Nur Camerata, con Pedro Burruezo y Wafir S. Gibril.
También contaremos con la presencia de reconocidos conjuntos, como Música Boscareccia con sus “Cantatas sacras en torno a la Real Capilla de Madrid”. Zenobia Consort, con el violonchelista Iagoba Fanlo, presentará un programa que tiene el “Stabat Mater” como tema central.
La composición contemporánea está presente en la interpretación de “Mortuis resurgere” de Jorge Grundman, interpretado por la soprano Susana Cordón y el Cuarteto Habemus.
De este modo Segovia vuelve ser una ciudad de referencia y encuentro de las más diversas culturas y confesiones, a través de su ciclo de música sacra, uno de los más antiguos y reconocidos de toda la Península.
Cantatas sacras en torno a la Real Capilla de Madrid
Estos Paseos por la Real Capilla nos acercan a cuatro de los principales músicos que desarrollaron su labor en el marco de esta institución, que se convirtió en el principal foco musical de España desde principios del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII. Entre los compositores que escucharemos en este concierto encontramos a dos Maestros de Capilla (José de Torres y Francesco Corselli), un Vicemaestro de Capilla (José de Nebra) y un violinista miembro de la Real Capilla (Gaetano Brunetti) que finalmente llegó a estar a cargo de la Real Cámara como principal responsable.
Tanto José de Torres como José de Nebra han recibido una notable atención por parte de historiadores y músicos prácticos durante los últimos años. No es posible decir lo mismo de Corselli y Brunetti, cuyas figuras permanecen aún algo desdibujadas a pesar de su incuestionable calidad musical. El presente programa pretende colocar en un plano de igual nitidez a estos cuatro autores, al tiempo que describe la evolución musical y estilística de la principal institución musical de España a lo largo del siglo XVIII.
Abrimos el concierto con el “Ave Maria” de Franz Biebl, cuyas armonías sencillas irradian una tranquilidad que crece en la segunda sección, orando por la intervención de la Virgen.
La corta vida del compositor inglés Henry Purcell nos ha dejado varias pequeñas joyas corales, como el “Hear my prayer” (“Escucha mi oración”), compuesto para la Abadía de Westminster en 1688.
“De Profundis” (“Desde la profundidad”) de Rupert Damerell, fue compuesta para el Zenobia Consort y Iagoba Fanlo y es una obra que trata de expresar el dolor y la frustración de sentirse solo y no oído.
Antonio Lotti fue cantor, organista y finalmente maestro de Capilla de la Basílica de San Marco de Venecia. Su “Crucifixus”, normalmente cantado como obra independiente, proviene de una Misa dedicada a San Crisóforo, escrito a cuatro voces con cuerda y bajo continuo. “Stabat Mater”, del noruego Knut Nystedt, es una obra que para violonchelo y coro en que el coro canta el texto del himno, con grandes contrastes entre escritura declamatoria y disonante, con partes reflexivas y calladas. La parte virtuosa del chelo expresa el dolor y el sufrimiento de la Virgen al contemplar la agonía de su hijo en la cruz.
Empezamos la segunda parte del concierto en el Madrid de 1603 y la música compuesta por Victoria para el funeral de la Emperatriz María, para quien fuera su capellán en el Monasterio de las Descalzas durante 17 años.
“Svyati”, del compositor inglés John Tavener, usa un texto de los ritos de los funerales en la fe ortodoxa rusa. El mismo compositor escribe que el violonchelo representa el icono de Cristo – o la figura del Sacerdote, y su línea melódica se deriva del canto bizantino. El coro y el sacerdote mantienen un diálogo en una forma parecida a la tragedia clásica griega.
Esta propuesta escénica nace desde una experiencia personal de los artistas, tratando de mostrar la especial relación que pueden llegar a tener la música y la danza.
Creando espacios de improvisación y conversación donde la música y la danza se inspiran recíprocamente. Ido Segal utiliza una “Loop Station” que le permite grabar y reproducir en directo y así crear paisajes sonoros complejos e interesantes. Tocando una gran variedad de instrumentos de países Orientales.
Lalita Devi combina danzas de disciplinas Místicas Orientales con la Danza Contemporánea y juntos crean, un diálogo muy especial entre Música y Danza.
…..“La obra comienza narrando los hechos desde la Resurrección de Cristo según dejó escrito San Juan. La bajada del cuerpo de Jesús, su sepultura, la desolación de la incomprensión por su falta, la sumisión a la decisión de Dios, pero con la tristeza y el llanto que no puede separarse de la condición humana...
El descubrimiento por María Magdalena de que el cuerpo de Jesús ha desaparecido, su desesperación ante tal hecho, y su comunicación a los Apóstoles...
La vuelta al sepulcro, el llanto desconsolado y el primer contacto con “el que no es reconocido” y que pregunta: “Mujer, ¿por qué lloras?...
El nervio emocional de María Magdalena ante el descubrimiento de la vuelta a la vida del Maestro y la aparición de éste ante los desorientados Apóstoles. La duda de Santo Tomás que marca el final de la aceptación del milagro de la Resurrección y el comienzo de la propagación de la Buena Nueva...
Pero yo no continúo con el relato evangélico, sino que lo termino en ese instante y perfilo el Credo. La oración cristiana que sirve como declaración de la fe cristiana y que proporciona la paz interior a aquellos que son creyentes y difumina sus dudas sobre nuestro paso por la tierra.
Finaliza la obra con una Hosanna, usada aquí con el sentido semántico del canto alegre de alabanza a Dios. Con la alegría que transmiten aquellos que creen en la Resurrección de Cristo.” Jorge Grundman
En “Al Andalus XXI” oiremos canciones, versos y letanías inspirados en los grandes místicos del sufismo, desde Rumi a Ibn Al Arabi, música delicada y de índole muy espiritual. Melodías moriscas, aires medievales, algún “quejío” y baile flamenco a lo morisco, sonidos sufíes bajo un nuevo prisma… voces, percusiones, la mandolina argelina, el laúd árabe, la viola, el ney, la guitarra… tejerán una urdimbre que sonará en la Iglesia de San Juan de los Caballeros
El mensaje de su música y la de los músicos, como la de tantos otros artistas y músicos de esas mismas coordenadas, es un mensaje de profunda espiritualidad, una espiritualidad libre e irredenta. Entre Oriente y Occidente, entre el pasado y el futuro, entre las raíces y la vanguardia, siempre bajo un prisma radicalmente personal sumergido en una espiritualidad profunda y muy musical que pertenece al siglo XXI.
Centro de Recepción de Visitantes. Plaza del Azoguejo
Una hora antes en el lugar del concierto
