De todo aquelloToda obra de arte, toda composición musical, toda pintura o escultura, está cimentada yconstruida en base a todo aquello que el autor supo absorber a lo largo de su existenciahaciendo de ello la materia prima y también el combustible de su creatividad. Experienciasdel orden de lo vivido, de lo leído o escuchado, intuiciones, deseos y sueños, constituyentodo aquello que desencadena el hecho artístico y que, unido a la intervención de esedaimon inspirador al que se refería Platon, dan a luz esas obras enigmáticas y cargadasde significados diversos, que llamamos obras de arte.En la presente exposición, un conjunto de cuadros pertenecientes a la más recienteproducción de Carlos León, viene a confrontarse con las accidentadas paredes de laantigua iglesia de Santo Domingo, en Pedraza de la Sierra, estableciéndose con ello undiálogo diferente del que suele tener lugar en los espacios expositivos habituales, dondelas obras se sitúan ante impolutas paredes que nada añaden, ni tampoco hurtan, a laconvencional contemplación de las mismas.La aventura evolutiva emprendida hace un par de años por Carlos León, en su deseo deprofundizar en los aspectos más germinales de todo aquello que ha venido nutriendo sutrabajo desde los comienzos, está concretándose en nuevos conjuntos de obras, ennuevas líneas de producción, probablemente las más arriesgadas pero también máslogradas de toda su carrera artística, algunas de las cuales se presentan en estaexposición como primicia.El ofrecer esta muestra en un espacio un tanto insólito, como es el hacerlo sobre unosmuros eclesiales cargados, en el sentido lacaniano del término, del poso y el aura que tansignificante pasado les confieren, constituye, sin duda, un reto y una oportunidadcontemplativa de un orden que, inevitablemente, sitúa al espectador en una posicióndiferente a la del habitual visitante de exposiciones, al exponerlo a una experienciacompleja que reclama de él una lectura algo más detenida y de una mayor participaciónen cuanto a su mirar se refiere.