LA SUMISIÓN Y EL PORVENIR ESTÁ EN LOS HUEVOS
Eugène Ionesco siempre demostró tener un humor diferente; astuto, mordaz, inteligente y, en la mayoría de las ocasiones, surrealista. Tanto como para hacer de su primera protagonista una cantante calva o, como en este caso, para determinar que el porvenir está en los huevos. De Pascua, por si el conejo viene cargado de buena suerte, o de esos huevos que se comen, multiplicados, cuando uno es padre o madre y tiene la autoridad. La misma autoridad de la que, precisamente, el protagonista de esta obra, Jacobo, huye.