Papillons es la palabra francesa para nombrar a las mariposas y Lidia Martín, comisaria y coautora junto a Eugenia Navajo de la instalación que puede visitarse desde hoy en La Cárcel_Centro de Creación de Segovia, comenta que se trata de un proyecto que nació y se mostró por vez primera en Francia pero que se ha adaptado como un guante a la antigua prisión de la capital segoviana, que acogió presas republicanas durante la posguerra.
La represión ejercida contra estas mujeres en las cárceles españolas es el discurso de esta instalación que surge de palabras y de una cita de María Zambrano que las autoras han acortado: “la palabra no dicha es la esperanza reveladora que nace del sacrificio que nada espera”.
En ella encontró Martín la semilla para el hilo conductor de la muestra, palabras bordadas que simbolizan lo que las presas sentían cuando vivían en esa represión que no se limitaba a los muros de una cárcel, ya que la instalación incluye un vídeo documental de cinco minutos con testimonios como el de una mujer que cuenta que cuando las republicanas se incorporaban a la vida cotidiana encontraban, casi siempre, otra prisión en la sociedad opresora de la España de posguerra. Hubo maestras, por ejemplo, que tuvieron que buscar destino muy lejos de sus lugares de origen, siempre amenazadas por los informes de buena conducta del párroco de turno o el jefe falangista.
Esta instalación, que incluye objetos cotidianos como orinales y palanganas, ropa vieja, alpargatas…, además de documentos y fotografías, quiere contar “algo que no sufrieron los hombres en las cárceles de la posguerra, en los años 40 y 50 sobre todo. Las mujeres bordaban sobre todo para sacarse unas perrillas que luego mandaban a sus familias, que lo estaban pasando muy mal. Ese negocio lo gestionaban las monjas y se sabe que las mejores mantelerías y sábanas de los años cincuenta estaban hechas por presas en Madrid, Barcelona o Sevilla”, comenta Martín.
Así, por medio de intervenciones artísticas, recreaciones de mobiliario y de objetos de uso común, documentos alusivos a la época y el singular montaje audiovisual, se articula a través de dos ejes: la sistematización del sufrimiento y de la moral más perversa contra estas personas por su doble condición femenina y republicana, y la cosificación de las mujeres a través de la evocación de las investigaciones del médico Antonio Vallejo Nájera.
Las responsables señalan que las autoridades franquistas llegaron a clasificar a las mujeres republicanas como “entes femeninos” carentes de la capacidad para pensar y se las definió expresamente como “las putas de los rojos”.
Carcel Centro Creacion Expo Papillons KAM2511Bordados, libros y otros objetos cotidianos de la instalación. / KamareroShockComenta la comisaria que cada palabra es en esta exposición una síntesis que lleva al espectador a una situación genuina. “Nos hemos atrevido, por ejemplo, a poner menstruación, trapos con sangre, porque es algo que las mujeres tenemos muchos meses de nuestra vida, es algo normal y se trata de intentar sacarlo del tabú porque, además, para ellas podía ser causa de delirio o de sufrimiento, el tenerla o incluso no tenerla porque se producía la menopausia en mujeres muy jóvenes por avitaminosis o por el sufrimiento por pérdidas de familiares”.
Considera Martín que “con todo lo que estamos viviendo —por la pandemia de coronavirus— si no hay un pequeño shock no nos vamos a acordar de ciertas partes de nuestra historia que son necesarias recordar porque si no queda una sociedad inculta, menos libre”.
Por otro lado, quiere dejar bien claro que este relato “se mueve con elementos históricos, no políticos, aunque algunos políticos utilizan la historia para manipularla”.
Abunda en este argumento al indicar que en las prisiones de la posguerra había presas anarquistas, comunistas pero también otras mujeres “que no eran nada, eran la esposa de un huido a Francia o las madres de hijos que se habían escondido en el monte; incluso las más militantes fueron abandonadas entonces por sus partidos, doblemente o triplemente sufrientes de toda esa represión”.
Vallejo NájeraEn el centro de una las celdas más amplias cuelga una gran fotografía de las internas en un pabellón de la cárcel y en un extremo hay una serie de objetos alusivos a las investigaciones de Vallejo-Nájera Lobón (Paredes de Nava, 1889-Madrid, 1960) psiquiatra conocido en algunos ámbitos como “el Mengele español”. Las autoras consideran que sus teorías están cercanas a la eugenesia y defendían que a la mujer se le atrofia la inteligencia como las alas a las mariposas de la isla de Kerguelen, ya que su misión es asegurar la descendencia.
Incluida en el programa ‘Marzo de Mujeres’ de la Concejalía de Cultura, la instalación puede visitarse en La Cárcel hasta el 11 de abril de miércoles a viernes, de 17.30 a 20 horas, y sábados y domingos, de 11 a 14 horas y de 17,30 a 20 horas.
Fuente: El Adelantado de Segovia