La provincia de Segovia es una caja de sorpresas

La provincia de Segovia es una caja de sorpresas

La provincia de Segovia es una caja de sorpresas.

A su amplio patrimonio cultural que engloba monumentos, conjuntos históricos, jardines y yacimientos arqueológicos, se suma también el patrimonio histórico y las tradiciones que perduran en el tiempo. Destacan los actos religiosos, pero no son los únicos que se incluyen dentro del listado de Fiestas declaradas de Interés Turístico, un catálogo que recorre de norte a sur la provincia para seleccionar y otorgar esta denominación honorífica a estos festejos  que ofrecen interés desde el punto de vista turístico. Para su concesión se tienen en cuenta diversos factores como su antigüedad, su continuidad en el tiempo, el arraigo y la participación ciudadana o la originalidad y diversidad de los actos. Así, son 13 fiestas las que cuentan con esta distinción en la provincia, fiestas que tiñen de alegría, ilusión, humor y, sobre todo, de gente, pequeñas y grandes localidades segovianas. A nivel internacional, dentro de las 10 fiestas reconocidas en Castilla y León, se encuentra la festividad de Nuestra Señora del Rosario: Los encierros de Cuéllar. Y es que la villa cuenta con los encierros más antiguos de España. En lo que se refiere a la clasificación de Interés Turístico Nacional, Segovia despliega sus encantos durante la Semana Santa. Del conjunto de procesiones destaca el Vía Crucis Penitencial. Además, entre las tallas procesionales segovianas resalta por su antigüedad el Cristo de los Gascones.

 
Otras tradiciones destacadas, ya a nivel regional, son la Fiesta de los Gabarreros que se celebra en El Espinar y San Rafael, en la cual se realiza un homenaje a aquellos vecinos que bajaban al pueblo los troncos de los pinos que cortaban en el pinar. Otro homenaje, pero en este caso a las mujeres, es la fiesta de Santa Águeda que se celebra en Zamarramala, una jornada en la que las mujeres son las protagonistas y se hacen con el bastón de mando del municipio. Aunque esta fiesta se celebra en muchas localidades segovianas, Zamarramala destaca porque según cuenta la leyenda gracias a las mujeres se produjo la liberación del Alcázar conquistado por los moros en el siglo XIII. Y de Zamarramala a Riaza, donde se celebra la romería de Nuestra Señora de Hontanares, patrona de la localidad. Una fiesta que se torna especial ya que durante el recorrido de la procesión la imagen de la virgen va en andas hasta  la ermita, un recorrido al que acude tanta gente que parece que la talla avanzara volando. 
 
El Espinar también destaca por su romería  en honor al Santo Cristo del Caloco, una peregrinación en la que los vecinos acuden hasta la ermita del Santo para portarle en hombros hasta la villa de El Espinar, donde permanecerá durante nueve días en la iglesia de San Eutropio. Para finalizar, la última festividad en incorporarse a este registro ha sido la Semana Santa de Cuéllar ya que pone en valor el legado, la tradición y el fervor de sus pasos. 
 
Dentro de las fiestas declaradas como manifestaciones tradicionales de interés cultural en la provincia la oferta recorre celebraciones de lo más originales. En Santa María la Real de Nieva, dentro de las fiestas en honor a su patrona se celebra la Ofrenda de los Cirios. Una tradición en la que los vecinos de cada una de las cuatro calles principales llevan un cirio a la virgen transportado por dos jóvenes con trajes típicos. 
Otra de las tradiciones religiosas  que reflejan el potencial de la provincia es la  Octava del Corpus de Fuentepelayo. Durante la semana anterior a la fiesta se celebran las 'completas' -eucaristías cantadas- hasta llegar al miércoles por la noche, cuando comienzan las vísperas en las cuales el sacerdote realiza el 'rodeo'. Así, dan paso al jueves cuando se celebra la Octava con misa y procesión con paloteos. Una celebración en la que los danzantes reciben la bendición. 
 
En Sepúlveda, la Fiesta del Diablillo se remonta a la leyenda dorada de San Bartolomé. Por ello, una creencia sepulvedana asegura que la noche del 23 de agosto el apóstol suelta al diablo de las cadenas que le atan, sucediéndose así esta fiesta en la que varios diablillos buscan asustar a los presentes hasta que, el santo vuelve a atarles. 
 
A 30 kilómetros de distancia, Bernardos espera durante diez años la Subida de la Virgen del Castillo en una procesión desde la iglesia hasta la ermita del cerro del Castillo que llega a durar más de 20 horas. Una tradición totalmente distinta, pero no por ello menos importante, es la de  los Santos Inocentes de Juarros de Voltoya, en la que ocho jóvenes se convierten en la 'Justicia del año', cada uno con un cargo distinto: alguacil, alcalde, teniente y el Perrero, este último suele ser el alcalde del año anterior que hace de guía durante la fiesta.  La última festividad en incorporarse a este original repertorio ha sido el carnaval de Arcones y la Fiesta de la Vaquilla, en la cual los jóvenes, disfrazados o de vaquillas o de tripudos, tienen una misión: las vaquillas tienen que embestir a los tripudos. 
 
Así, estas trece fiestas recuerdan las tradiciones heredadas de generación en generación y marcan en rojo sus fechas anualmente en los calendarios de los vecinos de la provincia.
 
 
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Fuente: El Día de Segovia