Ruta por los Reales Sitios y Villacastín

Ruta por los Reales Sitios y Villacastín

Para todos aquellos que quieran disfrutar de la naturaleza, la historia y el patrimonio, les presentamos un buen plan, que es dar a conocer con este recorrido los Reales Sitios.

Los Reales Sitios están vinculados a la corte, de ahí que tengan en común extensos parajes naturales idóneos para la caza o pesca, ricas edificaciones y buenas vías de comunicación. Desde Segovia nos dirigimos al Palacio de Riofrío, mandado construir en el s. XVIII por Isabel de Farnesio, viuda de Felipe V; el edificio se halla enclavado en medio de un bosque de encinas, enebros, fresnos y quejigos, cercado por una valla de piedra y poblado por gamos que veremos moverse en libertad. El palacio cuenta con una exquisita colección de pintura, escultura y mobiliario, además del Museo de Caza, con una sucesión de dioramas representando las “piezas de caza” en suhábitat particular.

Pasamos por Otero de Herreros donde se han hallado, en el Yacimiento del Cerro de los Almadenes, restos de un antiguo poblado minero de época romana. Junto al camino de Valdeprados, podemos distinguir el escorial, pozos, galerías de desagüe, emplazamientos de los hornos y cuya producción abastecía Segovia y los palacios de los alrededores; la Mancomunidad Geominera organiza visitas guiadas esporádicas al conjunto así como al Parque de Arqueología Industrial de El Zancao, en la cercana Vegas de Matute, donde se conservan las antiguas caleras, con siete hornos de cal que cuentan con peculiares portales utilizados para guardar la leña y como refugio del calero mientras vigilaba el fuego, esta cal se utilizaba para desinfectar las viviendas e iglesias encalándolas al completo; en el núcleo urbano, destaca la iglesia gótica dedicada a Santo Tomas de Canterbury en la que intervino Rodrigo Gil de Hontañón y algunas casas blasonadas. Nos hallamos en una zona que fue conocida como la “Andalucía segoviana” por la abundancia de fincas y caseríos.

Continuando hasta Zarzuela del Monte, tenemos en su Iglesia de San Vicente Mártir, el ejemplo mudéjar más meridional de la provincia. La población cuenta con una Pinacoteca de Arte Contemporáneo con más de 200 pinturas y esculturas internacionales.

En Villacastín, situada en un estratégico cruce de antiguas rutas de arrieros, alcanzó su esplendor en el s. XVI, con el auge de la manufactura de lana, siendo famosos sus paños de gran calidad que competían con las de la propia Segovia. Posee un rico patrimonio monumental encabezado por la majestuosa Iglesia de San Sebastián, llamada la “Catedral de la Sierra”; en estilo gótico y renacentista fue obra de Fray Antonio de Villacastín y de Rodrigo Gil de Hontañón. En su interior destacan importantes retablos y obras artísticas. Varias casas blasonadas y el Convento de Santa Clara del s. XVII, completan una visita muy recomendada.

Pasamos por Navas de San Antonio y podemos desviarnos hasta El Espinar, enclavado en zona de pinares donde hay noticia de que ya en el s. XIII disfrutaban aquí los reyes de un cazadero. En su iglesia de San Eutropio, de los s. XII, XIV y XVI se guarda la talla del santo titular y un retablo del s. XVI atribuido a A. Sánchez Coello. Ya en San Rafael, conocida como la “Suiza española” por su temprano desarrollo turístico de principios del s. XX, asistimos al bullicio de coches y transeúntes, herederos del antiguo trasiego de vehículos de caballos y mulas que transitaban por el Camino Real, siendo el origen de la población una fonda que se construyó en torno a una ermita dedicada a San Rafael, que daba servicio a los carreteros que circulaban desde la Corte hasta las zonas segovianas de abastecimiento de granos. Con el tiempo, Fernando VI acondicionó este camino para acceder cómodamente hasta los Sitios Reales desde Madrid, adornando con un león de piedra en el Alto de los Leones, la inscripción que lo conmemora.

Continuamos hasta Revenga para desviarnos por una carretera secundaria hasta La Granja de San Ildefonso, y dejarnos sorprender por lo grandioso del conjunto construido en el s. XVIII, integrado por palacio, colegiata, jardines, esculturas y fuentes con juegos de agua, que Felipe V mandó crear como bálsamo contra su neurastenia. Tres siglos después, mantiene intacto su poder de sugestión. El legado monumental se extiende por la población en la Casa de los Oficios, la Casa de Canónigos, Casa de los Infantes, Cuartel de la Guardia de Corps y la Real Fábrica de Cristales. Nos acercamos al vecino palacio de Valsaín, que mandó construir Felipe II sobre un antiguo cazadero de Enrique IV pero sus piedras fueron reutilizadas para el Palacio de La Granja y sólo podemos deleitarnos con la romántica silueta de sus ruinas. Para profundizar más en las construcciones regias y sus actividades de ocio se puede recorrer el antiguo camino de las Pesquerías Reales que discurre a lo largo del río, desde Valsaín hasta el pantano del Pontón. Se trata de una senda de 12 km, empedrada a hueso con lajas de granito y habilitada con puentes, que permitían a Carlos III deleitarse con comodidad de la pesca y a nosotros de un grato paseo.

 

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