Caballar

Caballar

Modesto pueblo pero muy conocido por estar ligado a la historia de dos de los tres santos hermanos segovianos, Frutos, Valentín y Engracia, a través, especialmente, de las llamadas “Mojadas de Caballar”.

En la iglesia parroquial, que es un excelente ejemplo del románico segoviano, hay una capilla dedicada a los santos Valentín y Engracia, con un retablo que tiene en el centro un trono sobre el que está la urna con las cabezas de los dos hermanos mártires.

En los prados inmediatos al pueblo hay varias fuentes; una de ellas es la llamada Fuente Santa, porque, según la tradición, a ella se arrojaron las cabezas recién cortadas de Valentín y Engracia, hasta que, descubiertas, fueron llevadas a la iglesia del pueblo. Desde entonces, cuando la sequía es pertinaz, se solicita al obispo autorización para celebrar las llamadas “Mojadas de Caballar”. Consisten en trasladar procesionalmente, desde la iglesia a la fuente, los restos de los dos santos, que se mojan en las aguas del manantial para pedir la llegada de la lluvia, participando los vecinos de todos los pueblos de la comarca. De numerosas de estas “mojadas” hay testimonios escritos, que muy detalladamente relata en el libro “Las Mojadas de Caballar” el investigador e historiador segoviano Tomás Calleja Guijarro. La mayoría de ellas dieron resultados positivos.

La tradición, mantenida durante siglos en la provincia, dice que SAN VALENTÍN Y SANTA ENGRACIA eran hermanos de San Frutos -proclamado patrono de la diócesis-, nacido de una familia rica pero que repartieron sus bienes entre los pobres y se retiraron con su hermano al desierto del Duratón, donde habitaron en sendas cuevas haciendo vida de anacoretas; su vida fue segada por los moros y sus cabezas decapitadas se tiraron a una fuente, que la tradición ha dado en designar como tal la llamada Fuente Santa de Caballar. Tomás Calleja amplía noticias y supuestos en el libro mencionado anteriormente sobre las “mojadas”.

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