El yacimiento Canto-Los Hierros de El Espinar apuntala su desenlace cesariano

El yacimiento Canto-Los Hierros de El Espinar apuntala su desenlace cesariano

Nuevos hallazgos recalcan las conclusiones del programa Atajo sobre las fortificaciones romanas que lo rodean, situando su origen en la fase final del segundo ‘bellum civile’, poniendo fin a dudas pasadas.

Tras la buena acogida al Complejo Arqueológico del cabezo Renales (CAR) el verano pasado en el cantón suizo de Valais, durante la mesa redonda organizada por la asociación RAMHA, la segunda actuación sobre uno de sus acantonamientos temporales de mediados del siglo I a. C., respalda de modo decisivo una revisión historiográfica que trasciende con creces al término de El Espinar.

“Lejos quedan, para la interpretación funcional y cronológica aportada por el equipo técnico implicado en indagar estos restos materiales, aquellas declaraciones mediáticas que partían de menospreciar visualizaciones con alta resolución de defensas campamentales tardorrepublicanas y de confundir indumentaria y armamento legionario con meros aperos agrícolas”, explican desde el programa Atajo.

Un conato de descrédito que, en palabras de I. Aguilera desde la dirección de dicha investigación, “más allá del intento por algunos particulares de esquivar la evidencia de bienes públicos en sus vastas haciendas, deja patente el irremediable relevo al caduco perfil profesional en arqueología de fondo, limitado a la especialidad sobre un periodo cultural y estancado en los tradicionales métodos de análisis”.

Ahora, ya no es que se defienda la existencia de los ‘castra aestiva ‘descubiertos hace dos años en torno al asentamiento de Canto-Los Hierros, uno de los cuales recordamos que afirmo incluso su alta como bien arqueológico el 15 de marzo de 2021 bajo el cód. 2286084. Mas bien, “tal como permite inferir en este momento un ejemplo poco circulado de la primera emisión de la serie transicional de Velilla del Ebro”, puntualiza este arqueólogo, la novedad estriba en poder dar por certera la hipótesis de su contexto en época cesariana, concretamente en la fase final del segundo ‘bellum civile’.

Así pues, continua el promotor del programa Atajo, I. Aguilera, “nos encontraríamos ante unos enclaves marciales situados tras el primer triunvirato que, además de ser los primeros corroborados en el espacio castellano-leones entre el Duero y el sistema central, ofrecen en efecto el acceso de tipo clavícula más antiguo de toda la península en el estado actual de los estudios al respecto”.

Gracias a la intervención del pasado año, que contó con el beneplácito de la administración competente, el permiso de la propiedad y el modélico apoyo por parte del Colectivo Azálvaro, se ha demostrado la efectividad de la metodología utilizada en castrametación clásica a nivel europeo y, con rotundidad, que las “artes” propias de Cayo Julio Cesar alcanzan las provincias hispanas después de la genocida incursión en el mundo galo marcando, seguramente, la ocupación final de todo el CAR.

De este modo, desde el programa Atajo, se vuelve a subrayar la relevancia histórica del municipio de El Espinar y se justifica el afrontar decididamente una veterana demanda para comenzar a proteger un singular legado material: la prospección arqueológica sistemática de todo su territorio. Un objetivo que parte de la convicción positiva hacia una arqueología de corte rural, colectiva y de investigación, de contrapeso a aquella preferente que se focaliza en los recursos de las capitales y se plantea superficialmente desde la gestión pública.

Aceptada nuevamente la propuesta para esta anualidad por la autonómica dirección general de patrimonio cultural, el proyecto sobre el CAR pasa página fortalecido y continua vigente a sabiendas de que, toda la labor llevada a cabo hasta aquí, terminará por integrar al equipo de Gobierno local “permitiendo a este proclamar una aptitud a la altura exigida por el paisaje que le precede”.

 

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Fuente: El Adelantado