De almacén de semillas a museo forestal Un poco más de la mitad de la superficie de Castilla y León la forman bosques, una masa forestal en crecimiento, lo que permite que, en término figurado, a cada habitante de la Comunidad Autónoma le correspondan 1,2 hectáreas de bosque, por encima de la media mundial (0,6), europea 0,3) y española (0,4). Segovia es dentro de la región una de las provincias con mayor riqueza forestal y el municipio de Coca y, en general, su Comunidad de Villa y Tierra, destacan por sus pinares, la ordenación forestal de los mismos y las prácticas ligadas a su explotación, con especial dedicación desde mediados del siglo XIX a la extracción de resina y la fabricación de sus derivados (colofonia, etc.) en fábricas resineras como la que durante décadas fue referente en toda España, La Resinera Segoviana, fundada en Coca por los empresarios Falcón, Ruiz y Llorente en 1862. Esa tradición y la experiencia en gestión y ordenación forestal ha hecho posible que Coca albergue el Museo Nacional del Servicio Forestal, también conocido como CEREBOSMA (Centro de Resinas, Bosques y Materias Ambientales), ubicado en el monte de utilidad pública nº 104 del catálogo de montes de la Junta de Castilla y León, aproximadamente a dos kilómetros del núcleo urbano, en la carretera de Villagonzalo. El edificio donde se encuentra el museo fue utilizado anteriormente como Almacén Nacional de Semillas Forestales, condición que mantuvo durante tres décadas, desde el año 1953 hasta 1985, cuando cesó su actividad. De este inmueble, dependiente del Ministerio de Agricultura, partieron semillas para la mayor parte de las repoblaciones realizadas en España, así como también para las efectuadas en otros países europeos. Se trataba de semillas de Majuelo, Pinus pinea, Pinus Pinaster, pastizales y un sinfín de semillas diversas que ocupaban las cámaras de conservación del Almacén Nacional que ahora se utilizan para albergar las colecciones expositivas del museo forestal de Coca. De sus dependendencias se surtieron la mayor parte de los organismos oficiales y la totalidad de particulares que solicitaban las citadas especies. Consta que numerosas obras de repoblaciones en fincas privadas donde hoy vegetan grandes bosques que retienen el agua y evitan catástrofes humanas deben su origen a este antiguo Almacén Nacional de Semillas Forestales de la carretera de Villagonzalo de Coca. Constaba de distintas dependencias, para el ingeniero responsable, casa del guarda forestal encargado del centro, sala de recepción de semillas, laboratorio, zona de secado y celdas o cámaras de almacenamiento. Las semillas se extraían en la era de secado natural, ubicada en la Casa Forestal de Coca o, preferentemente, eran suministradas por empresas especializadas o personas particulares que se dedicaban a esta actividad. El Almacén Nacional de Semillas cayó en desuso tras la construcción en Guadalajara del nuevo centro ‘El Serranillo’ por el ICONA, el Instituto para la Conservación de la Naturaleza, creado en 1971 y adscrito al Ministerio de Agricultura, que desempeñó un papel clave en la conservación de los espacios naturales pero que, tras la asunción de la mayoría de sus competencias por las comunidades autónomas, fue sustituido en 1991 por la Dirección General de Conservación de la Naturaleza. El centro de Coca fue utilizado desde 1991 como almacén de elementos forestales, muchos de los cuales hoy dan vida al museo abierto en 2015. Actualmente el museo está repartido en dos edificios que albergan una gran exposición de materiales de la naturaleza, con temática forestal. El sector de la resina tienen una especial relevancia, ya que es uno de los motores económicos de Coca, por su ubicación en la Tierra de Pinares. Los visitantes tienen la oportunidad de conocer en estas instalaciones los diferentes métodos de resinación utilizados a lo largo de los últimos tres siglos, las herramientas empleadas por los resineros, la destilación de la resina en las fábricas y las aplicaciones de los derivados de este producto del pinar. Además, en su interior encuentran grandes colecciones expositivas de árboles y semillas, información sobre plagas, pesca continental, fauna, hongos, plantas forestales, vehículos y maquinaria forestal, camiones de bomberos, motocicletas, carretas de madera y tractores, así como uniformes de la Guardería Forestal a lo largo de la historia. Los visitantes pueden encontrar, entre otros, el carruaje del jefe forestal de León de 1920 o una cuba de resina del siglo XVIII, además de carruajes de montería y vehículos que datan desde los años 40 del siglo XX. Para la divulgación conceptual, el museo cuenta con una importante cantidad de paneles informativos que incluyen desde una Xiloteca (una colección de maderas donde, en mayor o menor escala, está representada la flora de un estado, región, zona, etc.) pero también información sobre la actividad desarrollada en los montes que durante diferentes épocas han sido gestionados por la administración forestal. Coca dista unos 45 kilómetros de la capital segoviana y el trayecto en vehículo particular supone una duración media de unos 50 minutos circulando primero por la carretera CL-605, hasta Santa María la Real de Nieva, para continuar por la carretera SG-342 hasta Nava de la Asunción y tomar en esta localidad la SG-P-3432 hasta la villa caucense. Desde allí, hay que continuar unos dos kilómetros por la carretera de Villagonzalo (SG-V-3431) hasta el Museo Nacional Forestal, de gestión municipal, que se encuentra en una zona protegida, una parcela de cuatro hectáreas, con una superficie construida de 2.000 metros cuadrados. Las visitas son gratuitas pero es necesario reservar previamente llamando por teléfono, de lunes a viernes, de 9 a 14 horas, al 921 586 011 (Extensión 4). Fuente: El Adelantado de Segovia