Museo de las Tenerías, el legado musulmán de Cuéllar

Museo de las Tenerías, el legado musulmán de Cuéllar

Desde 2013 Cuéllar cuenta con un museo o Centro de Interpretación de las Tenerías, que se ha convertido además en un espacio dinámico cultural y de ocio, junto a la exposición permanente, que muestra en su interior la actividad artesanal de los curtidores de pieles que se desarrolló en la villa y está documentada al menos desde el siglo XVII, y con permanencia en el XVIII, pero que tiene su origen en el legado musulmán de la localidad, según algunos expertos. El edificio, recuperado tras más de dos años de obras, está rodeado además de un curioso jardín botánico con una exposición, también permanente, de bonsais.

Maite Sánchez, concejala de Cultura, Patrimonio y Turismo (entre otras áreas delegadas) del Ayuntamiento de Cuéllar, es además profesora de Historia en un instituto vallisoletano y comenta que este edificio de Las Tenerías forma parte de un conjunto más amplio que había en la villa y que recibía el nombre de las Tenerías de Santo Tomé, por la proximidad con la que fue iglesia o capilla de esta advocación.

Se encuentra en un lugar extramuros; es decir, fuera de la ciudadela amurallada, y en un lugar donde el agua era abundante, al confluir en él las vertientes de la zona norte de la villa por la llamada Calle Nueva, ya que era fundamental para el mantenimiento de las tenerías. Ese ‘canal’ se dirigía después por el arroyuelo de Santa Clara a desembocar en el arroyo Cerquilla.

Sánchez afirma que era una zona idónea para la ubicación de tenerías también porque estas no podían estar en el interior de la villa amurallada debido al olor desagradable que desprendían las pieles durante los procesos para su tratamiento hasta convertirse en prendas o productos de cuero.

Señala además que el hecho de que la calle del Padre Balbino Velasco, en este punto, es un lugar que de forma recurrente se inunda cuando hay precipitaciones de lluvia abundantes, porque es donde confluían las vertientes de la parte alta de la localidad.

El museo tiene su entrada por la calle de la Concepción pero el edificio da también a la calle de las Tenerías y en esa misma zona hay otra antigua tenería; de hecho puede leerse la inscripción ‘La Tenería’, aunque es de propiedad privada, según comenta la edil.

Esta historiadora local sostiene que aunque las tenerías cuellaranas estén documentadas en los siglos XVII y XVIII “es casi seguro que ya con anterioridad se trabajaba el cuero en la villa, por la herencia musulmana, de donde vienen los cordobanes y guadamecíes”, tipos de cuero repujado de origen Andalusí e incluso visigodo, los últimos adornados o labrados y policromados.

“Cuéllar tuvo una gran presencia musulmana, en la zona del hoy barrio de El Salvador”, también próximo al museo, añade, “y creemos que de ahí viene la influencia de este legado musulmán, porque no en todas las ciudades y villas había tenerías”, concluye.

Otro aspecto que conserva Cuéllar es un molino de roña, que era un tipo de bola que se elaboraba con los desechos de las tenerías, además de restos de resina y madera, ya que la comarca cuenta con extensos pinares que rodean la villa.

Estas roñas se utilizaban como combustible para calentarse durante el invierno. “Como puede verse era una economía muy sostenible”, subraya la concejala, en los siglos XVIII y XIX.

El historiador segoviano Javier Mosácula, autor del libro ‘El curtido de pieles en Segovia y su provincia’, editado el año pasado por Librería Cervantes, señala que en Cuéllar había tres tenerías en 1783, cuando esta industria estaba ya en decadencia. En la ciudad de Segovia llegó a ser en el siglo XVI la segunda actividad económica en importancia, después de la pañera, y se han documentado hasta 30 tenerías, la mayoría en la zona del valle del bajo Clamores. Otras villas con tenerías son Sepúlveda (que todavía conservaba seis en el siglo XVIII), Villacastín, Riaza y Pedraza.

El museo

Turismo de Cuéllar explica que el Centro Tenerías de la villa es un espacio recuperado de una antigua tenería que estuvo en activo hasta el siglo XVIII, donde se realizaba la transformación de pieles en cuero.

En el museo hay una exposición permanente en la planta baja del edificio con parte de las herramientas que se utilizaban en ese proceso y también una muestra de las prendas resultantes.

El curtido pasó de ser actividad artesanal, por el desarrollo del oficio u oficios, a convertirse en una industria manufacturera lucrativa en la Segovia posterior a los Reyes Católicos. Sin embargo, se trataba de un proceso complicado en el que los componentes que se utilizaban provocaban reacciones químicas inaguantables, que convertían el lugar en una “fábrica de gases apestosos”, de ahí que las tenerías estuvieran en lugares apartados de la ciudadela.

Ese proceso empezaba curando las pieles en sal, que luego se eliminaba mojando las pieles en agua limpia. Mediante una solución de cal y agua se ablandaba el pelo de las pieles, para después eliminarlo a través del ‘labrado’.

El museo de las Tenerías de Cuéllar, que en su inauguración en julio de 2013 estaba considerado como “una de las mejores instalaciones textiles artesanales conservadas en su categoría en Castilla y León” es, al menos lo era entonces, el único edificio de la villa situado fuera del recinto amurallado o casco histórico que cuenta con protección integral.

La finca, además del edificio, conserva elementos originales en el exterior, algunas pilas utilizadas para el tratamiento de las pieles.

En la planta baja del inmueble dos audiovisuales explican el funcionamiento de los procesos artesanales que se llevaban a cabo para curtir las pieles y conserva también dos grandes mesas de trabajo formadas por bloques de piedra, así como parte del pavimento original de losas calizas y algunas de las canaletas de cerámica y piedra por las que se aprovisionaba de agua toda la fábrica.

La rehabilitación del edificio se llevó a cabo en dos fases. En una primera, durante los años 2011 y 2012, se invirtieron 321.690 euros de las anualidades del Plan Plurianual de la Diputación Provincial para recuperar el volumen del edificio, las plantas y su imagen original. El mal estado en el que se encontraba motivó que solo se pudiera conservar la planta baja original, sobre la que se edificó una más, que en su momento ya tenía para vivienda de los curtidores, y el bajo cubierta. Esa planta superior se utiliza como espacio expositivo y para actos culturales.

En una segunda fase se llevó a cabo la transformación del edificio en un centro cultural y social, y se acondicionó el jardín, que cuenta con un escenario. El presupuesto de esta actuación ascendió a 458.322 euros y fue financiada con una subvención de la Consejería de Interior y Justicia de la Junta de Castilla y León.

Las visitas pueden reservarse en la Oficina de Turismo de Cuéllar (teléfonos 600 565 140 y 921 142 001) y en el correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. La duración de la visita es aproximadamente de una hora. En las visitas concertadas para grupos, una guía de turismo explica el contenido y la historia de las tenerías cuellaranas. Por las tardes, de miércoles a domingo, y de 17,30 a 20,30 horas, puede visitarse de forma individual o en familia, etc. porque hay una persona que atiende en el mismo Centro de Interpretación, que en verano amplía su horario.

La concejala de Cultura, Patrimonio y Turismo explica que este complejo museístico y cultural se ha convertido en un espacio muy dinámico para el municipio de Cuéllar y su comarca. Además de las exposiciones temporales de la primera planta — en este momento, y hasta el 26 de febrero, puede visitarse la que lleva por título ‘Bandera Negra’, del pintor Óscar Misco —, en los meses de buena meteorología en el jardín se celebran eventos muy diversos, desde cuentacuentos para niños a conciertos e incluso la ronda de la corregidora de las fiestas o la presentación de productos en actividades organizadas por el Centro de Iniciativas Turísticas del municipio.

 

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Fuente: El Adelantado de Segovia