Guía para disfrutar de la noble villa de Cuéllar

Guía para disfrutar de la noble villa de Cuéllar

Entre Valladolid y Segovia, dominando el mar de pinares en una llanura atravesada por el río Cega, se encuentra la muy noble villa de Cuéllar, una precisa población que mantiene gran parte de su legado del medievo y es Conjunto Histórico Artístico por mérito propio. Allí, aunque destaca por su importancia y belleza el castillo de los Duques de Alburquerque, no es el único lugar de interés en esta villa.

En Cuéllar se dieron nacimientos de reyes, cortés de Castilla, escenas históricas,.. era uno de los orígenes de la lana que se usaba para confeccionar tapices y paños flamencos; en definitiva, un lugar con historias que contar y experiencias que vivir.

 

¿Por qué visitar Cuéllar?

Nos planteamos recorrer el casco histórico de Cuéllar, un lugar que por su arquitectura y urbanismo nos permite viajar con la imaginación a otro tiempo hasta la castilla medieval, donde cohabitaron, más que convivieron las tres culturas, la cristiana, la judía y la musulmana, en cierto grado de paz y armonía.

El momento cumbre sin duda sería el periodo comprendido entre el reinado de Fernando III, «El Santo», de León y Castilla, unificador de la corona castellana en su persona; y el de su hijo, Alfonso X «El Sabio», cuando Cuéllar alcanza un nivel de prosperidad económica de lo más elevado, haciendo de esta población, una de las más importantes de la meseta norte

 

El palacio fue la casa sede de los duques, hasta que finalmente se instalan en la corte madrileña, lo que hace que se pierda la vinculación con el edificio. Pero es tras extinguirse la rama principal de esta familia, los siguientes propietarios abandonaran completamente el edificio. Así en el siglo XIX, presentaba un total abandono, por lo que fue sometido a pillaje y expolio.

En 1938 se instaló en él un penal para presos políticos, al que se incorpora después un sanatorio para presos tuberculosos, retomando más tarde su utilización como penal que funcionó hasta 1966; y a finales del siglo XX es cuando se inicia su recuperación y se hace visitable, además de sede de un instituto de enseñanza, con lo que adquiere un uso y un mantenimiento continuo.

 

Interior del castillo

La planta del castillo es trapezoidal y consta de dos recintos amurallados. El primero, con un foso y la barbacana defensiva, obra del primer duque. Esta parte, cierra el acceso desde las murallas del siglo XIII y que se compone de cubos y torreones de mampostería.

En el segundo, de mayor envergadura y solidez, fue construido por Don Álvaro de Luna, señor anterior a la creación del ducado y como en el recinto anterior, va de un lado a otro de la muralla del siglo XIII. Esta es la construcción sobre la que se asienta la zona palaciega. Es al cerrar esta parte del recinto que se puede hablar de un castillo al uso, si bien integrado en la propia muralla.

 

El archivo de la Casa ducal de Alburquerque

A modo de recuerdo, ligando el castillo con la Casa Ducal de Alburquerque, este castillo también alberga el archivo de la familia ducal; siendo uno de los archivos nobiliarios más importantes de España. En él se recogen documentos de la familia, como testamentos, donaciones, mercedes reales, pleitos,..

 

Este archivo está alojado y es visitable en la Torre del Homenaje del Castillo. Allí se recogen documentos y legajos del siglo XII hasta el XX.

 

Visitar el castillo de Cuéllar

Las visitas a este castillo son siempre guiadas y resulta recomendable informarse previamente de los horarios de visita y reservar plaza.

Una de las visitas más interesantes son las teatralizadas, que no solamente permiten conocer el castillo, su historia y sus anécdotas, si no, que además las permite contextualizar con un grupo muy profesional de recreaccionistas de diferentes facetas de este histórico lugar.

 

Murallas de Cuéllar

Como bien se habrá podido entender, Cuéllar contaba con una muralla que rodeaba la villa, cuyo origen está en el siglo XI, si bien fue modificada a lo largo del tiempo para adaptarse a las necesidades de una cada vez más prospera villa.

 

El conjunto amurallado consta de tres recintos diferenciados: el de la ciudad, la ciudadela y la contramuralla; y adicionalmente, se han localizado restos arqueológicos, con los cimientos de un cuarto recinto, que posiblemente nunca llegó a estar terminado.

 

De todo este complejo sistema defensivo y de cobro de portazgos, que en su momento pudo superar los 2 kilómetros, actualmente se conservan aproximadamente 1,5 kilómetros; y en un estado bastante aceptable de conservación.

La muralla de Cuéllar llego a tener hasta 11 puertas, lo que nos indica de la importancia económica de la villa, como un centro comercial. No obstante, actualmente se conservan tan solo siete destacando entre todas ellas, el arco de San Basilio, de estilo mudéjar. También merecen una mención propia, la puerta de San Andrés y la puerta sureste del castillo situada en el Torreón de la Memoria.

 

Arquitectura civil

Cuéllar es el arquetipo de ciudad fundada a finales del periodo alto medieval o inicios del periodo bajo medieval, cuando se empieza a consolidar la frontera, aunque aún está cerca. Lo primero es la muralla defensiva, que en principio puede ser una simple cerca de madera. Pero luego llega la fijación de población en su interior que en caso de prosperar, como en esta villa, empiezan a embellecerla con hermosas construcciones, muchas de ellas, nos llegan a día de hoy.

 

La villa está articulada de forma que conserva su trazado medieval casi original, con sus características habituales en las villas castellanas, si bien, adaptándose a su orografía. Así, el corazón de la población es la Plaza Mayor, una plaza de estilo castellano, presidida por su ayuntamiento; un edificio del siglo XV o XVI, construido sobre los cimientos de la cárcel vieja. En su interior se conserva un típico palacio gótico renacentista.

 

Igual puede llamar la atención el trazado de la plaza que no es el típico rectángulo, aunque esto es debido a la necesidad de adaptarse al terreno disponible. Pero las columnas que permiten tener unos soportales comerciales, sí existen. Son muy curiosas las casas construidas y conservadas, con la tradicional arquitectura popular de entramados de madera y ladrillo de adobes, mezclados con aleros de los tejados y ladrillos mudéjares.

 

Iglesia de San Miguel

Esta iglesia comprende una mezcla de estilos que van del románico al barroco, como la mayor parte de las construcciones importantes de Castilla y León. En su interior destacan las obras de artes de Pedro de Bolduque, de Luca Giordano y esculturas de la escuela de Gregorio Fernández.

 

Calles y callejuelas de Cuéllar

El trazado medieval es evidente, con calles principales algo anchas, que se unen a través de callejuelas pequeñas y con más quiebros que se adaptan al terreno y a las construcciones existentes. Todas son bonitas y merece dejarse perder un poco en un paseo por la villa.

 

Destacan las calles de San Pedro, por sus casas blasonadas y que llevan hasta la Parroquia de San Pedro; y la calle de la Morería, que era similar y que servía para llegar al barrio musulmán. Otra calle importante es la calle del Colegio, que toma el nombre del colegio de Niñas Huérfanas que existió hasta el siglo XX o la plaza del Mercado del Pan, donde se celebraba el tradicional mercado de cereal; donde se construye un hospital y la capilla de la Magdalena en el primer tercio del siglo XV.

Iglesias en Cuéllar

La visita a las iglesias de Cuéllar continuaría por las iglesias de San Andrés, la de San Esteban, la de San Miguel, la de la Trinidad y la de Santa María de la Cuesta.

 

Evidentemente nos encontramos con construcciones a las que se les han realizado modificaciones, ampliaciones o amputaciones de sus partes mudéjares, pero aun así conservan parte de este encanto, como la Torre de Santa Marina o el ábside de la iglesia de Santiago, que como en la catedral de Ávila, se integra en la muralla y su muro es parte de la misma.

Museos a visitar

Si gran parte de la prosperidad de la villa fue el tratamiento del cuero, la villa ha dedicado un espacio museístico para esta actividad, que durante siglos fue un gran sustento para la población.

Museo de las tenerías

En este curioso museo se puede descubrir mediante los sentidos, no solo cómo era el tratamiento de la piel hasta convertirla en un cuero de utilidad. Esta exposición conjuga un recorrido visual, sensorial y experimental, conociendo las tipologías y orígenes de las pieles a tratar.

 

Este espacio se complementa con la sala de exposiciones y espacios exteriores que recientemente posee una interesante muestra permanente de bonsáis.

Este museo conserva in situ pilas excavadas en el subsuelo, noques de madera, canalizaciones y diferentes empedrados.

 

Centro de Interpretación del Mudéjar villa de Cuéllar

Sobre este espacio museístico, ya os hemos hablado en esta publicación. Se encuentra en la iglesia desacralizada de San Martín.

 

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Fuente: destinocastillayleon.com