CUÉLLAR. El impresionante pueblo medieval que está considerado como un "Museo Viviente". El impresionante pueblo medieval que está considerado como un "Museo Viviente" Cuenta con un maravilloso castillo, palacios, murallas y los encierros taurinos más antiguos de España. España es historia, cultura, patrimonio, naturaleza y gastronomía. Son tantos los atractivos de nuestro país, que no se pueden reunir en una sola instantánea. Por este motivo las ciudades y pueblos españoles crea museos para que la gente pueda disfrutar de esa belleza, Pero hay un impresionante pueblo medieval que destaca por muchos de esas joyas, hasta el punto que está considerado como un auténtico "Museo Viviente". CUÉLLAR Un ejemplo claro, es la villa segoviana de Cuéllar, que está situada al noroeste de la provincia y a medio camino entre las ciudades de Segovia y Valladolid, a 60 y 50 kilómetros respectivamente. Hay que retroceder hasta la Edad de Bronce para tener las primeras noticias de Cuéllar, a través del poblado aparecido en el paraje del “Barco de los Habares” y algunos fragmentos de cerámica campaniforme en el recinto del antiguo Estudio de Gramática. Ya en la Edad de Hierro, desde el siglo VIII a.C. existió un amplio poblado en las cercanías del castillo, con una necrópolis que estaba en la zona de las Erijuelas de San Andrés. En ella se han encontrado restos de cerámica hecha a mano, utensilios de hierro y urnas cinerarias. Según algunos historiadores, Cuéllar se corresponde con la Colenda romana en un territorio conquistado por el General Tito Didio, quien la asedió y asaltó, vendiendo a sus habitantes como esclavos. Hay estudiosos que sostienen que su origen es prerromano y sobre ella se produjo la conquista. Lo que si parece seguro es que el nombre de Cuéllar deriva del latín “collis”, que significa colina y que genera el topónimo “lugar de colinas”. El hecho es que el asentamiento romano no dejó muchos vestigios, encontrándose de nuevo noticias de la villa hacia el siglo X en relación con la acción repobladora de los condes de Monzón; según fuentes musulmanas fue arrasada por el caudillo árabe Almanzor. La primera repoblación medieval fue llevada a cabo después de la batalla de Simancas (939), sin que pueda precisarse el año ni su repoblador. Su vida fue efímera, pues perteneciendo al condado de Castilla, fue arrasada por el caudillo Almanzor en el año 977, trasladando a Al-Ándalus a sus habitantes como esclavos. Más de un siglo después tuvo lugar la segunda y definitiva repoblación, producto del movimiento repoblador llevado a cabo por Alfonso VI de Castilla, y encomendada al magnate Pedro Ansúrez, tal y como recogen el Chronicón de don Pelayo y El conde Lucanor. Su fundación siguió el modelo de las Comunidades de Villa y Tierra, surgiendo tras la misma la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar; actuó por primera vez como concilium en 1147, y el rey Alfonso VIII de Castilla celebró las Cortes de Castilla en Cuéllar en 1184. El buen nivel económico conseguido al final del reinado de Fernando III de Castilla y muy especialmente durante el de su hijo Alfonso X el Sabio, la convirtieron en una de las poblaciones más importantes de la meseta del Duero. En la primavera de 1354 la iglesia de San Martín fue el escenario del matrimonio entre Pedro I de Castilla y Juana de Castro. Tras su asesinato y la proclamación como nuevo rey de Enrique II de Castilla, la villa pasó a manos de la Corona, pues pertenecía por herencia a su esposa, Juana Manuel de Villena. Posteriormente fue heredada por Juan I de Castilla, quien la visitó con frecuencia, y en ella se encontraba cuando en 1382 la reina Leonor de Aragón falleció de sobreparto, entregándosela un año después en arras a su nueva mujer, Beatriz de Portugal. El señorío de Cuéllar fue entregado en 1444 al valido de Juan II de Castilla, el condestable Álvaro de Luna, quien se encontraba en Cuéllar cuando fue prendido y trasladado a Valladolid para ser decapitado, siendo entregada a la princesa Isabel. El nuevo monarca Enrique IV de Castilla celebró las primeras Cortes de su reinado en la villa. En el siglo XVII Cuéllar, como toda Castilla, entra en una etapa de decadencia y despoblación. En el siglo XVIII se produjo una recuperación social y económica gracias al aumento de las cosechas. El siglo XX, se volvió a vivir una etapa de decadencia. En la Guerra de Independencia jugó un papel muy importante, ya que al estar a medio camino entre Segovia y Valladolid, su riqueza agrícola y el castillo hicieron que fuese codiciada por los franceses. En 1936, Cuéllar tomó parte en la Guerra Civil en el bando “nacional”, quedando el castillo convertido en cuartel de soldados italianos y posteriormente en cárcel de presos políticos, sanatorio para tuberculosos y por último penal de delitos comunes. En la actualidad el turismo es su principal motor económico debido a su amplio patrimonio monumental, entre lo que destacan: - Castillo de Cuéllar: Este edificio aparece documentado en 1306 y se conoce como el castillo de los Duques de Alburquerque, declarado Monumento Artístico Nacional en 1931. Sobre una edificación primitiva se construyó una fortaleza rectangular en estilo gótico con torreones en sus ángulos. En la fachada sur se levanta una galería renacentista sostenida por ménsulas y bajo ella, se abre un balcón que pertenecía al comedor y un ventanal de la sala de recepciones. A lo largo de su historia, la fortificación ha tenido diferentes usos. Así, fue cuartel general de Lord Wellington y refugio del general Hugo durante la Guerra de la Independencia, sufriendo el saqueo de las tropas napoleónicas. Durante la dictadura fue primero prisión política, cárcel común y sanatorio para enfermos tuberculosos. En la actualidad, los Duques han cedido su uso al Ministerio de Educación y Cultura, que ha instalado el centro de Enseñanza Secundaria “Duque de Alburquerque”. El Castillo también acoge la Oficina Municipal de Turismo, el Archivo Histórico de Cuéllar y Archivo de la Casa Ducal de Alburquerque. - Murallas: Se trata de uno de los más importantes de Castilla y León. Está formado por dos recintos, uno superior, más fortificado, y uno inferior, más urbano, ambos con contramuralla. La complejidad y variedad de sus puertas lo convierten en un bien patrimonial de la máxima importancia con una longitud aproximada de 2.000 metros. A pesar de que el primer objetivo de una muralla era militar y defensivo, tenía otras importantes funciones como la de recaudación de impuestos (derecho de portazgo), protección contra enfermedades, control de mercancías o derechos de justicia. Todo esto la convertía en el símbolo de poder más importante durante la Edad Media en la comarca donde se encontraba. Por lo tanto, el derecho de construir una muralla era un privilegio que era concedido como “derecho de almenaje”. Su construcción se puede fechar a partir de la segunda y definitiva repoblación de Cuéllar por Alfonso VI en 1085, aunque no están documentadas hasta 1264. Se terminan de construir y reforman durante los siglos XII al XVI, destacando las obras llevadas a cabo por el II Duque de Alburquerque hacia el año 1500. Declaradas Monumento Histórico Artístico en 1931, las murallas de Cuéllar ocupan gran parte del Conjunto Histórico de la Villa. Su ubicación en la parte más alta del municipio le proporciona una situación privilegiada para la vigilancia y la defensa, destacando sobre el conjunto el Castillo – Palacio de los Duques de Alburquerque, principio y fin de las mismas. Además, son un magnífico mirador para contemplar una villa llena de historia enmarcada en un mar de pinares. - Puertas: Por su arquitectura amurallada son muchas las puertas que existen en la villa, entre las que destacan la de San Basilio, la de San Martín , la de San Andrés, la de la Judería y la de Santiago. - Iglesia de San Andrés: Se sitúa extramuros de la ciudad. Tiene tres naves y crucero con tres ábsides, el central de mayor tamaño, decorado en el exterior con dos arquerías ciegas de medio punto y ventanas en un piso superior separadas por frisos de esquinillas. Se sabe que ya estaba construida en 1277. La iglesia se decora con ladrillo y su portada principal se levantó sobre otra anterior románica. - Iglesia de El Salvador: Es una construcción mudéjar de 1299 cuya torre es la más esbelta de Cuéllar, presentando en altura arcos de medio punto doblados sobre los que corre un friso de esquinillas. En el exterior, el ábside poligonal tiene arquerías ciegas, aunque su visión es algo extraña debido a los arbotantes que salen de la cabecera, levantados para sujetar la posterior bóveda barroca. La fachada también ha sido retocada, conservándose aún elementos del más puro estilo románico. Su interior también ha variado, presidiendo su Altar Mayor una imagen de la Virgen de la Palma, talla gótica del siglo XIV. - Convento de la Trinidad: En el barrio de su mismo nombre se encuentra lo que fue la iglesia y convento de la Trinidad. El convento se levanta donde antiguamente estaba la ermita de San Blas. Los Trinitarios decidieron trasladarse en 1554 para estar más cerca de la villa, junto a la antigua Iglesia de la Trinidad. Sobre el ábside mudéjar del templo primitivo, se levantó la nueva construcción en estilo gótico, posteriormente adaptada a vivienda. En la Guerra de la Independencia los franceses saquearon el convento, destruyendo el archivo documental y apropiándose de todo lo que tuviera algún valor. El convento estuvo en uso hasta la Desamortización de 1835. Junto a los monumentos, que hay muchos más, la villa de Cuéllar se define por tener un conjunto medieval en el destaca su arquitectura mudéjar civil y religiosa que se conserva desde los siglos XII y XIII y que aún en la actualidad estos monumentos se siguen utilizando para fines religiosos, culturales o privados, y sus murallas con importantes restos mudéjares son un importante recurso turístico. El estilo mudéjar fue elaborado por los mudéjares, estos eran los musulmanes que estaban en territorio cristiano, como eran muy buenos constructores, se les encarga la elaboración de estas obras, con materiales más baratos como son el ladrillo y el yeso. Pero no todo son piedras en esta localidad segoviana. La zona cuenta con un gran patrimonio natural, como: - El Españadal: Se trata de una gran extensión de agua donde podremos encontrar la más variada fauna de la comarca y donde se dan cita numerosas especies de aves migratorias y anfibios, también cangrejos y pequeños peces que remontan el Cerquilla. Los límites de esta laguna son: al norte, el arroyo Pradillos; al este, el cauce artificial entubado que se utilizó para trasvasar agua del río Cega al arroyo Cerquilla; al sur, el camino que une la Vega con Dehesa Mayor por el borde de las dunas y los pinares y al oeste, el dique pequeño que retiene la salida natural del agua y permite parcialmente su encharcamiento. Hoy en día se ha colocado un mirador de madera para avistar a las aves. - La Senda de los Pescadores: Es una de las rutas senderistas que existen en la zona. Se encuentra en un bosque de ribera de extraordinaria biodiversidad, la senda te introduce, a lo largo de 7,3 km. En uno de los montes de pino resinero más extensos e importantes del país. La Senda de los Pescadores recorre parte de la ribera del Cega en medio de una de las mayores formaciones continuas del pinar. El pinus pinaster aparece como especie dominante en la comarca de la tierra de pinares segoviana con una de las más extensas superficies de esta especie de todo el país. La ruta empieza su recorrido junto a la Autovía A-601, tomando la salida nº 57. Se accede al río Cega por debajo del puente de la autovía, y en el antiguo puente de la vieja carretera podemos aparcar y empezar la senda andando junto al Cega. Encierros más antiguos de España Por último, Cuéllar cuenta con otra distinción. Su villa es la que acoge los encierros taurinos más antiguos de nuestro país. Y es que en 1215, siendo obispo de Segovia Geraldo, se realizó un sínodo ya que el episcopado tenía problemas con los laicos y eclesiásticos de algunas circunscripciones de la diócesis, concretamente con la de Cuéllar, Coca, Sepúlveda y Pedraza. El sínodo dicta una serie de artículos que regulan la vida y el comportamiento del clero; en concreto el quinto artículo prohíbe a los clérigos que jueguen a los dados y asistan a “juegos de toros”, y si lo hicieran serían suspendidos de su ministerio. Ya en el siglo XIV, la reina Leonor, esposa de Juan I de Castilla, infanta aragonesa por su nacimiento, es señora de Cuéllar y a ella se quejan los hidalgos y pecheros de la Villa, y dando respuesta a estas quejas habla de que es costumbre inmemorial encerrar toros en Cuéllar. Con posterioridad, Beltrán de la Cueva, I Duque de Alburquerque, ratifica esta sentencia en todos sus puntos. En el Archivo Histórico de Cuéllar se conservan documentos desde 1405 que hacen referencia a festejos con toros. En 1999 se celebró el V Centenario de la Ordenanza Reguladora de los Encierros de Cuéllar. Se trata de la primera regulación escrita que se conserva hasta el momento, y es la ley XVII de las ordenanzas dadas a la Villa de Cuéllar y su Tierra en 1499 por Francisco Fernández de la Cueva, II Duque de Alburquerque. En la actualidad se celebran dentro de las fiestas en honor de la Virgen del Rosario, patrona de la villa, durante la última semana del mes de agosto. Cuenta con la distinción de Fiesta de Interés Turístico Internacional. Fuente: LA RAZÓN Castilla y León