El pueblo de Segovia que tiene su propio arrecife de coral. Castrojimeno

El pueblo de Segovia que tiene su propio arrecife de coral. Castrojimeno

El pueblo de Segovia que tiene su propio arrecife de coral

Un lugar en plena meseta castellana que ha despertado el interés de los geólogos de todo el mundo. 

Castilla y León es un territorio que no deja indiferente a nadie quien se acerca a conocerlo. Una región histórica donde las haya, formada en Democracia de la unión de los antiguos Reinos de Castilla y de León, y que por tanto cuenta con un legado inigualable en todos los ámbitos, desde el cultural, al patrimonial pasando por el gastronómico o el medioambiental.

Son muchas singularidades las que tiene esta Comunidad y en estas líneas queremos trasladar al lector una de ellas, y que además la hace única en el mundo.

Ubicada a unos 80 kilómetros de Segovia, en lo alto de una peña caliza y rodeado de dos regueros, aparece la localidad de Castrojimeno, un pequeño municipio de apenas una treintena de habitantes, que puede presumir de muchas cosas, pero sobre todo de una: que alberga unos arrecifes de coral petrificados de hace más de 86 millones de años. Y todo ello en plena meseta castellana.

Para poder dar una explicación a este fenómeno hay que remontarse al Cretácico Superior, en la que esta zona de la provincia segoviana estaba sumergida bajo las aguas.

Los geólogos expertos cuentan que por aquel entonces existía un clima subtropical que propiciaba la existencia de aguas cálidas, lo cual permitió el desarrollo de un buen número de colonias de corales, y de esta forma se constituían los arrecifes.

Con el paso de los siglos, estos arrecifes se fueron fosilizando, haciendo de Castrojimeno un Lugar de Interés Geológico.

 

Comienzo_de_la_ruta_Barranco_de_la_Hoz_y_Cañon_de_Valdehorno_2_retocadaeeee.jpg

Como no podía ser de otra forma, en el municipio y alrededores se han puesto en marcha distintas rutas geológicas las proximidades del arroyo de la Fuente del Prado o el Paraje de El Enebralejo para conocer esta riqueza natural que ha llegado hasta nuestros días.

Aparte de estas rutas, el amante del senderismo y la naturaleza no puede perder la ocasión de adentrarse por La Senda del Fraile por la que dirigirse a otro enclave característico de la zona: las antiguas minas de yeso y alabastro. Los Barrancos del Duratón o la Ruta del Agua, para los amantes de las bicicletas de montaña, son otras opciones interesantes para los más aventureros.

Por otro lado, el pueblo está estratégicamente ubicado, rodeado de cañones, y destaca la piedra caliza de sus construcciones además de un casco urbano que se encuentra en muy buen estado de conservación.

La iglesia parroquial de estilo románico de Nuestra Señora de la Esperanza, ubicada en la parte alta de Castojimeno, donde el turista ha de entrar, entre oras cosas, para disfrutar de sus tallas o de un espectacular retablo mayor, con pinturas renacentistas atribuidas a Nicolás Greco.

 

Fuente: La Razón Castilla y León