La particular y única jerga que se habla en Cantalejo

La particular y única jerga que se habla en Cantalejo

España es un país con una gran riqueza cultural y la diversidad de lenguas que hablan sus habitantes son una prueba de ello. Dentro del territorio nacional, el castellano convive junto a otras lenguas, dialectos e incluso particulares variedades lingüísticas, como el aranés, el silbo gomero o la gacería.
 
En Castilla y León, destaca el uso de la gacería, también denominada briquería, una jerga que los 3500 habitantes del municipio segoviano de Cantalejo, y algunas localidades colindantes, pueden presumir como única en el mundo. Lo empleaban los fabricantes de trillos y de otras herramientas de labranza para comunicarse entre ellos y evitar ser comprendidos con quienes negociaban.
 
Su vocabulario se compone por 353 palabras y hasta 500 si se tienen en cuenta algunos términos provenientes del castellano antiguo o adjetivos en desuso. No obstante, los briqueros no necesitaban un léxico de gran riqueza para la función que le otorgaban. En numerosas ocasiones, les bastaba con emplear una única palabra.
 
Etimológicamente, la palabra «gacería» significa «bobada» o tontería». En su vocabulario, nos podemos encontrar con palabras como «vilorio» o «serte», cuyos cantalejanos utilizan para denominar a su municipio: «Vilorio serte», que significa «pueblo bueno».
 
Orígenes
Sus orígenes datan entre los siglos XII y XIII durante una de las últimas etapas de la repoblación al sur del Duero. En este momento, se produce una importante emigración de peregrinos provenientes de distintos puntos del norte de la península, fruto de las ventajas fiscales que les ofrecía la zona. El intercambio cultural entre sus hablas resultó en la gacería. No obstante, también hay una influencia notable por parte de otras lenguas extranjeras, como del francés, árabe o portugués.
 
La briquería aparece recogida por primera vez de forma escrita en «El Tío Camandulas», un periódico satírico publicado por un médico del municipio en 1903.
 
Actualidad
Actualmente, desde Cantalejo se realizan actividades para que los más jóvenes puedan mantener la tradición y que esta modalidad lingüística no quede en el olvido. Además, en 2022, Ana Rosa Zamarro tradujo uno de los clásicos de la literatura universal a la gacería: «El Principito», que pasó a denominarse: «El pitoche engullón». Otros autores como Mauro Enrique Martín también se han sumado a la iniciativa de preservar la cultura cantalejana a partir de los escritos.
 

De esta manera, se fomentará que las palabras que todavía permanecen en el día de hoy, puedan perdurar en el habla de sus habitantes. No pudieron, en cambio, permanecer esos vocablos que algún día, sin saberlo, se perdieron con el devenir del tiempo entre las bocas de sus antepasados.

 

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Fuente: Más Castilla y León